¿Qué es Biodanza?
La Biodanza, creada por el chileno Rolando Toro Araneda, como sistema o disciplina humana se puede definir de muchas formas, desde distintos puntos de vista, dependiendo cada una de estas definiciones del aspecto que de ella se quiera enfatizar.
1) Biodanza,
es un sistema de aceleración de procesos integrativos a nivel celular,
metabólico, neuroendocrino, inmunológico, hormonal, cortical y
existencial dentro de un ambiente enriquecido por la música, la danza y
el encuentro humano que despierta vivencias de transformación.
Actualmente
existen evidencias que indican que el sistema nervioso no se desarrolla
en aislamiento. La estimulación que proviene del entorno es
indispensable para la formación adecuada de la arquitectura cerebral.
Por lo tanto la actividad de las neuronas es una actividad influenciada
por factores educacionales, sociales, nutricionales y ambientales.
Las
experiencias de la vida, pensamientos, emociones y comportamiento
pueden modular la neurogénesis de tal manera que éstas cambien la
conducta física de nuestro cerebro. Este proceso ocurre a lo largo de
toda nuestra existencia.
2) Biodanza
es un sistema de integración humana, renovación orgánica, reeducación
afectiva y re-aprendizaje de las funciones originarias de la vida. Su
metodología consiste en inducir vivencias integradoras, por medio de la
música, el canto, el movimiento (danza) y situaciones de encuentro en
grupo.
Entendiendo por:
Integración humana:
En
Biodanza, el proceso de integración actúa mediante la estimulación de
las funciones originarias de conexión con la vida, que permite a cada
individuo integrarse consigo mismo, con la especie y con el universo.
Renovación orgánica:
Es
la acción sobre la autorregulación orgánica, inducida principalmente
mediante estados especiales de trance que activan procesos de reparación
celular y regulación global de las funciones biológicas, disminuyendo
los factores de desorganización y estrés.
Reeducación afectiva:
Es la capacidad de establecer vínculos con otras personas.
Reaprendizaje de las funciones originarias de la vida:
Es
aprender a vivir a partir de los instintos. El instinto es una conducta
innata, hereditaria que no requiere aprendizaje y se manifiesta
mediante estímulos específicos, teniendo por objeto conservar la vida y
permitir su evolución.
Los
instintos representan la naturaleza en nosotros, y sensibilizarnos a
ellos significa restablecer nuestra conexión entre la naturaleza y la
cultura.
Vivencias integradoras:
Es
una experiencia vivida con gran intensidad en el aquí y el ahora con
una cualidad ontológica (que se proyecta sobre toda la existencia). En
Biodanza las vivencias son integradoras porque poseen un efecto
armonizador en sí mismas.
Las
vivencias en Biodanza, están orientadas, a estimular los potenciales de
Vitalidad, Sexualidad, Creatividad, Afectividad y Trascendencia,
denominados Líneas de Vivencia.
También en la práctica cotidiana, se manejan definiciones más informales y parciales, como la siguiente:
3) Biodanza
es un sistema de integración que favorece el desarrollo humano a través
de vivencias armonizadoras permitiendo reencontrar la alegría y el
placer de vivir. Cada uno de nosotros a través de la música, el
movimiento y ejercicios de comunicación en grupo, tiene la posibilidad
de recuperar la capacidad de sentir y maravillarse con la vida.
Líneas de vivencia
En
Biodanza, el camino hacia la salud (estamos refiriéndonos a un
bienestar y a un caudal de energía y vitalidad elevados no sólo a la
ausencia de enfermedades o síntomas) se transita mediante la expresión
de nuestro potencial genético.
Éstos
se expresan sobre la trama de cinco funciones universales, comunes a
todas las personas, que Biodanza resume en cinco grandes grupos llamados
Líneas de Vivencia.
Vitalidad:
Es
el despertar del ímpetu vital (conexión con la energía y fuerza
interior) que se manifiesta en la fuerza de los gestos expresivos, en el
deseo de hacer actividades gratificantes, en la alegría de vivir.
La vitalidad posee componentes genéticos importantes que pueden ser expresados o no durante la existencia.
Aborda problemas, como la depresión, el estrés, enfermedades psicosomáticas, etc.
Sexualidad:
Es la disposición al placer de vivir. Éste se manifiesta en una vinculación erótica con la existencia.
Las
propuestas para acceder a la fuente del deseo en nuestra vida cotidiana
abarcan desde tomar un baño lentamente, hasta comer como en una
ceremonia, desacelerar el ritmo al caminar, desconectar el celular,
buscar los placeres simples. Entonces, podemos decir, que la sexualidad
no se reduce solamente a la genitalidad.
Aborda problemas, como temor al placer, sentimientos de culpa patológicos, etc.
Creatividad:
Es
el potencial de renovación existencial y la capacidad de concretar los
sueños. La obra fundamental de cada persona es su propia vida y consiste
en crearla y renovarla constantemente.
Aborda problemas, como frustración laboral y/o familiar, temor a tener una opinión propia, inhibición, etc.
Afectividad:
Es
la capacidad de sentir y expresar amor, tanto diferenciado (pareja,
hijos, amigos, etc.), como indiferenciado (amor a la humanidad). La
afectividad es la base de cualquier vínculo humano saludable, y se basa
en el despertar de la ternura y la empatía.
Aborda problemas, como sentimientos de soledad, nostalgia y tristeza, dificultades para vincularse, etc.
Trascendencia:
Es
la capacidad de ir más allá del ego e integrar unidades cada vez
mayores (vincularse con todo lo existente). Se manifiesta en la conexión
con la naturaleza, el sentimiento de pertenencia al universo, encontrar
un sentido a nuestra existencia, etc.
Aborda problemas, como prejuicios morales, fobias en general, etc.
¿Para qué sirve la Biodanza?
- Previene y disminuye el estrés.
- Ayuda a superar la depresión.
- Estimula la energía vital.
- Fortalece la autoestima e identidad.
- Cultiva la afectividad y las relaciones humanas.
- Desarrolla habilidades para vivir.
- Provoca una alta motivación para el cambio.
- Invita a la construcción de estilos de vida saludables.
Publicado en
Biodanza
http://www.biodanzahoy.cl/que-es-biodanza/que-es-biodanza.html
¿Quién es Rolando Toro?
Rolando
Toro Araneda, creador de la Biodanza, nació en Concepción (Chile) el 19
de Abril de 1924. Su infancia transcurrió alrededor de su casa natal
con sus padres y hermanos, y la escuela básica del Barrio de la Plaza
Condell de esa ciudad. Proviene de una familia de educadores: su abuelo
fue profesor en la ciudad de Cañete, su madre (Berta), siete de sus tías
y dos de sus hermanos fueron profesores.
Antes
de encontrar su verdadera vocación como educador y decidir formarse
como profesor de enseñanza básica en la Escuela Normal “José Abelardo
Núñez” en el año 1943, pasó tres años por la Facultad de Medicina de la
Universidad de Concepción.
Se
desempeñó como profesor normalista, durante alrededor de dieciséis
años, en las ciudades de Valparaíso, Talcahuano, Pocuro y Santiago
(Chile) entre los años 1944 a 1957.
En cada una de las escuelas donde trabajó, fue descubriendo aspectos que estaban ausentes en la educación tradicional.
Por
ejemplo, en Talcahuano se dedicó especialmente a vincular a los niños
con la naturaleza, realizando con ellos frecuentes excursiones al mar,
luego los temas derivados de esas visitas los usaba en el aprendizaje.
Señalando:
«En
la escuela ha de plasmarse el espíritu de la Paz, vigorizando los
sentimientos de solidaridad con los pueblos y el amor a la vida»
De su labor como profesor en Pocuro, Rolando señala:
«La
Escuela Granja de Pocuro es como su nombre lo indica, un colegio
agrario donde los muchachitos, además de los conocimientos de educación
primaria, aprenden a labrar la tierra, a criar ganado, a cuidar las
aves, etc. En otras palabras: un plantel en que el niño aprende a
enfrentarse intelectual y físicamente con la realidad de su ámbito».
«Considero,
y de ello estoy seguro, que una de las misiones fundamentales del
maestro es la de desarrollar las facultades espirituales e intelectuales
del niño. Incitarlas, estimularlas sin forzarlas nunca. Esto,
indudablemente, habrá de producir a la larga un elemento bien dotado,
sensible, rico en espíritu, para nuestra sociedad»
Como
profesor de primaria realizó propuestas experimentales de educación
artística, además de investigaciones sobre el dibujo realizadas con
niños, enfermos mentales y con artistas. Es por esto que en 1954 realizó
el primer “Festival del Niño” en donde se examinaron las condiciones
socioeconómicas y de salud en la infancia chilena.
En
el Festival participaron seis mil niños de todo el país, presentándose
orquestas infantiles, exposiciones de pintura, cerámica y juguetes
pedagógicos en el patio de la Casa Central de la Universidad de Chile.
También se realizó un gran desfile de niños por el centro de Santiago.
Rolando
fue capaz de convocar a diversas organizaciones sociales, políticas y
culturales en búsqueda de mejorar las condiciones de los niños.
Rolando señala:
«En
la niñez ha de consolidarse en forma definitiva, enérgica e implacable
el DERECHO A LA VIDA DE LOS PUEBLOS. Las naciones poseen en su infancia
reservas inagotables de energía creadora; el derrumbe moral y material
se produce inexorablemente tras una infancia descuidada, humillada y
torcida»
Debido
a sus revolucionarias concepciones sobre educación, el Decano de la
Universidad de Concepción Rolando Merino, invitó a Rolando a dar un
ciclo de conferencias en la Escuela de Educación de esa universidad.
Posteriormente a estas conferencias, creó un Laboratorio de Psicología
en la Escuela Educación de la Universidad de Concepción.
Desde
esta fase de experimentación psicopedagógica, Rolando tomó la decisión
de realizar estudios al respecto, y con la mediación del Rector de la
Universidad Chile Jorge Gómez Millas, ingresó a segundo año de
Psicología en la Escuela de Psicología del Instituto Pedagógico de la
Universidad de Chile, desde donde se tituló.
En
este mismo período conoció al doctor Claudio Naranjo, con quien
estableció una profunda amistad. Gracias a su intervención, Rolando Toro
ingresó al Centro de Estudios de Antropología Médica (CEAM) de la
Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, trabajando allí desde
1965 hasta 1973.
En
el CEAM dirigió seminarios de antropología médica, filosofía y
psicología bajo la dirección del Dr. Francisco Hoffman, esposo de Lola
Hofmann. A ésta, la consideró su maestra desde el día que la conoció,
tras su llegada de Viena luego de su permanencia junto al Dr. Carl.
Jung.
Es
así, como Rolando pasó a formar parte de un equipo multidisciplinario,
que tenía por objeto, en aquel momento mejorar la calidad de vida de
los enfermos mentales y humanizar sus relaciones con el personal médico y
paramédico del Hospital Psiquiátrico de Santiago. Para esto ensayó
diferentes sistemas terapéuticos, realizando sus primeros intentos de
danza terapéutica.
A
partir del éxito que obtuvo en esas experiencias, extendió el sistema
para ser aplicado en otros cuadros clínicos y en personas sin
patologías.
Paralelamente
realizó investigaciones sobre la violencia en la Penitenciería de
Santiago. Debido a su trabajo con los enfermos mentales, perteneció al
Instituto de Investigación del Hospital Psiquiátrico de Santiago.
En
1966 la Universidad Católica le solicitó que ofreciera un curso de
Expresividad y Creatividad en el Instituto de Estética de la universidad
al que llamó Psicodanza, sistema de ejercicios y músicas que ya había
experimentado en el Hospital Psiquiátrico de Santiago.
Inmediatamente
después de entregar este curso, Rolando Toro fue nombrado profesor de
Psicología del Arte y Psicología de la Expresión en el mismo instituto.
A
partir de todos los trabajos de investigación que estaba realizando en
ese momento, Rolando comienza a interesarse abiertamente en el mundo de
la mente y los estados de expansión de conciencia, mediante el trabajo
con LSD.
Fue
íntimo amigo de Albert Hoffman, creador del ácido lisérgico. Éste le
entregó una cierta cantidad de dosis para investigación científica. A
fines de la década del 60, y en su casa de la Av. Los Olmos (Ñuñoa /
Santiago) se dio cita gran parte de la escena cultural de Santiago:
entre ellos Alejandro Jodorowsky, músicos de Jazz, actores conocidos de
vanguardia, psicólogos y otros intelectuales interesados en la
experimentación con alucinógenos, en la cual y desde la cual se
realizaban y emprendían distintas actividades culturales y artísticas
completamente originales, novedosas e innovadoras, trasgresoras muchas
veces con lo conocido hasta entonces.
Las
obras que emanaron de esos experimentos fueron mostradas en la mítica
galería de arte “Casa Luna” de la calle Villavicencio en Santiago,
propiedad de Susana Wald y Ludwig Zeller.
De
estas actividades en dicha casa, nacieron en forma natural los que se
conocieron como “Juegos de Psicodanza”, que marcaron los inicios de los
años70.
Eran
representaciones surrealistas, verdaderas performances que consideraban
teatro, canto, poesía, danza y música. Las presentaciones tuvieron
lugar en numerosos teatros de Santiago
(Teatro
Camilo Henríquez, Teatro Caupolicán, Teatro Municipal), Viña del Mar y
Valparaíso. Aunque fueron abiertamente censuradas por la Iglesia
Católica local, Rolando continúo con las presentaciones a “tablero
vuelto” producto de la inédita manifestación que el público apreciaba en
este curioso “arte catártico y salvaje”.
Rolando señala:
«Los
Juegos de Psicodanza son un conjunto de experimentos de expresión
corporal. Sus integrantes no son artistas profesionales, son personas
que buscan apasionadamente un sentido interior dentro del mundo que
vivimos»
«Estos
juegos aluden al poder musical para curar enfermedades, invocar las
fuerzas de la naturaleza, despertar el amor o el deseo, armonizar las
sociedades, etc… Para lograrlo hay que despertar en el hombre la
musicalidad interior perdida y restituir su vitalidad animal»
«Estos
juegos no son propiamente danzas, ni teatro, ni pantomima en el sentido
tradicional. Se trata de formas libres de expresión corporal con música
y sonidos dentro de pautas coreográficas permitiendo gran creatividad,
sinceridad y fuerza vital de los bailarines»
En
los años 70’s, Rolando realizó un viaje a la Comunidad de Esalen
liderada por el psicólogo Fritz Perls en Big Sur (California) y al
pequeño pueblo de Bodega ( San Francisco). Allí compartió experiencias
grupales donde el Contacto y la Caricia eran una de las propuestas
principales como premisas y prácticas sanadoras.
También
compartió con otros investigadores de la época, como es el caso de René
Spitz, que ya trabajaban con los llamados “niños institucionalizados”
(de orfanatos o internados públicos) y que sostenían que había una
relación directa entre la estimulación afectiva y el sistema
inmunológico.
Al
regresar a Chile, incorporó a su incipiente Modelo operativo, la
presencia sanadora de las caricias y el contacto en sus ejercicios.
Su
partida de Chile se inicia en 1974, con una invitación a participar en
un Congreso de nuevas Psicoterapias en la Universidad Abierta de Buenos
Aires (Argentina) el que en un principio sólo lo retendría un par de
días en dicho país, pero que terminaría convirtiéndose en su primer
“recorrido” fuera de Chile por alrededor de 10 años.
En
Buenos Aires se empieza a desarrollar y visualizar más cabalmente el
conjunto de ejercicios y experiencias como un verdadero Sistema de
Integración, con consecuencias sanadoras y terapéuticas, aplicando el
Sistema Biodanza a pacientes mastectomizadas en la Liga Argentina de
Lucha contra el Cáncer.
Posteriormente en esa misma ciudad, fue nombrado Profesor Emérito de la Universidad Abierta Interamericana de Buenos Aires.
Desde allí, comienza a crecer el reconocimiento a las técnicas de Rolando y su “nuevo” Sistema.
Es
por esto que en 1979, Rolando se trasladó a Brasil donde estableció un
instituto privado de Biodanza, logrando la expansión de este sistema a
toda América Latina. Además en este país trabajó con enfermos mentales
en el “Hospital Jiqueri” de Sao Paulo y con mujeres mastectomizadas en
el “Instituto del Radio”.
Se
queda por largos años allí, ya que Rolando es recibido con una empatía
extraordinaria en Brasil, visualizando a ese país como el lugar óptimo
para enseñar Biodanza, y es desde donde definitivamente ésta se
internacionaliza y se masifica, a tal punto que la Biodanza es percibida
casi con la misma cotidianeidad que el Psicoanálisis en USA o
Argentina.
Algunos
de sus colaboradores en Argentina y posteriormente en Brasil, emigran a
Italia y Suiza a “difundir” la Biodanza, ya definitivamente como un
Sistema estructurado.
Rolando
los acompaña y permanece en Milán en 1989 para enseñar Biodanza. Desde
estas enseñanzas, la Biodanza cobra definitivamente un carácter mundial y
crea varias escuelas de Biodanza, para formar profesores en toda
Italia.
Además en Milán, trabajó con enfermos de Parkinson y Alzheimer en las ciudades de Como y Varese.
En
1998 regresó a Santiago de Chile, desde donde dirigió todo el
movimiento de Biodanza, constituído por Centros y Escuelas de Formación
de este Sistemadistribuídas en Europa, AméricaLatina, Estados Unidos,
Canadá, África del Sur, Japón y Nueva Zelandia.
Estando
en Chile, el año 2001 fue nominado para postular al Premio Nobel de la
Paz por sus trabajos en Biodanza y Educación Biocéntrica en la Casa de
América (Madrid, España)
También
fue nombrado Doctor Honoris Causa como Educador Biocéntrico, el año
2006 en la Universidad Federal de Paraíba (Brasil), la que además
formalizó dentro de sus programas la primera Escuela de Formación
Biocéntrica en el mundo.
Por otra parte, en el año 2008 fue nombrado Profesor Emérito por la Universidad Metropolitana del Perú.
Además,
fue poeta y pintor, realizando exposiciones en Brasil, Italia y
Francia. También publicó libros de poesía y psicoterapia, los que han
sido traducidos a diversos idiomas.
El 16 de febrero de 2010, Rolando muere a los 85 años de edad en Santiago de Chile.
Publicado en
Biodanza
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