jueves, 2 de abril de 2020

Biografía del Dr. Grigori Grabovoi



Biografía del Dr. Grigori Grabovoi

¿QUIÉN ES GRIGORI PETROVICH GRABOVOI?


Poseedor de varios doctorados, entre ellos de ciencias matemáticas y físicas y autor de un sin número de libros – publicados en su mayoría en su lengua nativa, se van traduciendo también a otros idiomas, incluido el español.

Grabovoi es la figura más destacada de un conjunto de investigadores rusos que trabajan desde los años 90  en las llamadas Nuevas Tecnologías de la Conciencia, que permiten el control y la armonización de la realidad interna y externa mediante métodos accesibles   a cualquier persona que  los practique con voluntad y determinación.

Grigori Grabovoi nació en 1963 en la aldea de Bogara de la antigua República Soviética de Kazajistan. Clarividente desde su infancia, su interés se centra desde pequeño en salvar a la Tierra y la Humanidad ya sea, una catástrofe global o la muerte de un único individuo a nivel del micromundo, ya que para él ambos eventos están entrelazados indisolublemente.

Graduado de matemáticas aplicadas en la Universidad de Tashkent en la vecina República de Uzbekistan, comenzó a trabajar en una oficina de diseño hasta que la fama de sus capacidades extraordinarias llegó a los directivos de las Líneas Aéreas Uzbekas que le contrataron para que supervisara mediante clarividencia los aviones antes del despegue. Como inspector de seguridad, el joven Grabovoi  revisaba a distancia cada uno de los aparatos, disponiendo sólo de una lista con el número de matrícula de cada avión, y los controles realizados posteriormente por los mecánicos concluían invariablemente con la misma frase: “Los defectos indicados por Grigori Grabovoi fueron corroborados  en 100% durante el examen físico posterior.”

Apodado en aquella época como “el hombre rayos X”, pronto fue llamado a Moscú, al Servicio de Aviación Federal donde se encargó de la seguridad de los vuelos del gobierno. Aunque a finales de la década de los 80 consiguiera su primer doctorado, en ciencias matemáticas y físicas, su destino visiblemente no era la investigación: la vida real reclamó la utilización práctica de sus dones. A mediados de los 90 el Centro de Preparación de Cosmonautas requirió de sus servicios y poco más tarde le tocó realizar una tarea muy especial.

Su momento estrella en  esta actividad  llegó en septiembre de 1997 cuando desde el centro de Vuelos Cósmicos asistió en el acoplamiento de la estación del transbordador norteamericano Atlantis a la Estación Espacial MIR indicando defectos que de no ser corregidos gracias a su advertencia habrían provocado el fracaso de aquella compleja operación tecnológica.

El Dr. Grabovoi no sólo utilizó sus dones para estas actividades técnicas, si no que su contribución a la salud humana, a través de la sanación de centenas de personas  de enfermedades supuestamente incurables y que incluían logros tan particulares como la regeneración de órganos quirúrgicamente extirpados, que fueron demostrados mediante diagnósticos de la medicina alopática y documentos notariales avalados por expertos.

Todo esto le granjeó también el reconocimiento a nivel oficial. La Academia Rusa de Ciencias le condecoró con la Medalla de Plata de la Orden de Pavlov por su contribución a la esfera de la salud pública y el gobierno con la Medalla Pedro el Grande, por su aporte “al renacimiento de la ciencia y la economía en Rusia”.
La prevención de una catástrofe nuclear en una central de Bulgaria en 1999 forma parte también de sus logros más famosos, que se suman a la materialización y teleportación de objetos y otros hechos habitualmente catalogados como “milagros”, que a su modo de ver no tienen nada de sobrenatural, siendo simplemente “incomprendidos todavía para la ciencia oficial” que apenas está empezando a comprender las inmensas posibilidades que se abren cuando se trabaja desde el nivel de la información.

Su mayor contribución al futuro de la Humanidad, sin embargo, está en sus Enseñanzas sobre “la Salvación y el Desarrollo Eterno”, conocidas ahora aquí como “Nuevas Tecnologías de la Conciencia” o „New Russian Knowledge”. En las mismas, aboga por la participación de cada individuo en los esfuerzos de proteger a la Tierra de una catástrofe global y ofrece métodos prácticos y aprendibles para la utilización de la CONSCIENCIA humana como instrumento de control y armonización. Su objetivo es preparar a la conciencia colectiva, cada vez menos rígida gracias al despertar masivo en la actual etapa de la evolución humana, para que acepte la posibilidad de la vida eterna en el cuerpo físico en la que el funcionamiento del organismo se fundamente ya en procesos espirituales en lugar de bioquímicos.

Su saber enciclopédico que lo coloca a la altura de genios del siglo XX  como Albert Einstein o Nicola Tesla y la profunda humanidad de su cosmovisión no sólo le enfrenta a la ciencia newtoniana  y al materialismo, sino también a los engendros de una  civilización en crisis como la fusión hombre-máquina como supuesto camino hacia el futuro. Los seres espirituales que estamos viviendo una experiencia humana no hemos aprovechado todavía ni siquiera un 1 por ciento de nuestro inmenso potencial creador dentro del cuerpo físico. Por eso, según Grabovoi, no hay razón para someternos a una nueva esclavitud en lugar de utilizar nuestro vehículo biológico, que en su teoría trata como una parte más de nuestra alma eterna, para desplegar, confiados, todas nuestras capacidades  creando una nueva civilización  de base espiritual y colaboradora.



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