Mensaje Espiritual Oculto en la película UN GRAN DINOSAURIO
Por Daniel López de Medrano
Mi
padre cultivó en mi el amor al cine, ver películas siempre ha sido uno
de mis hobbies favoritos. Sin embargo, desde hace varios años he sido
más estricto al momento de elegir las películas que veo. Evito los films
que tengan violencia extrema y sangre. Pero si me toma por sorpresa
alguna escena de baja vibración inmediatamente me tapo los ojos con las
manos.
Me
imagino que si alguien me ve debe burlarse, “Tan grandote y se tapa los
ojos”, pero prefiero eso a que esas imágenes queden grabadas en mi.
Muchos de ustedes tal vez no sepan que el subconsciente no logra
distinguir la realidad de la ficción. En otras palabras no reconoce
cuando lo que estamos viendo es real o no. Cuando vemos un asesinato en
una película el subconsciente lo interpreta como un hecho real.
Las
películas con imágenes de baja vibración disminuyen nuestra frecuencia
de vibración interna. Por esa razón he optado desde hace tiempo por ver
películas infantiles de animación creadas con computadoras.
El
fin de semana pasado fui a ver la nueva película de los estudios
Pixar/Disney titulada “El Dinosaurio Bueno” en USA, “Un Gran Dinosaurio”
en Latinoamérica y “El Viaje de Arlo” en España. Y me gustó tanto que
la vi dos veces. Definitivamente es una cinta divertida, muy emotiva y
con un gran mensaje. Esta película del novato director Peter Sohn,
posee todos los elementos de los grandes clásicos de Disney: humor,
aventura, drama y una gran historia. También debo mencionarles que este
film posee los paisajes naturales más hermosos que he visto en una
película de animación 3D. No obstante, deseo aclararles que esta cinta
tiene un mensaje espiritual oculto del cual les hablaré más adelante.
Para entender la trama de la película les recordaré un poco la historia de nuestro Planeta.
Según
la historia oficial, hace 65 millones de años no existía el hombre
sobre la faz de la Tierra y el Planeta estaba dominado por los
dinosaurios. Pero eso cambió rápidamente cuando se estrelló un
meteorito en lo que hoy conocemos como la Península de Yucatán. La
explosión que se produjo como consecuencia del impacto generó la
extinción de esas gigantescas criaturas. Tiempo después, tras millones
de años de evolución, surgieron los antepasados del hombre. Según esta
teoría un planeta donde el hombre y los dinosaurios convivían al mismo
tiempo sólo existió en la imaginación de Hanna y Barbera cuando crearon
la serie de Tv “Los Picapiedras”
Muchos
científicos aseguran que si ese famoso meteorito no se hubiera
estrellado en La Tierra y los dinosaurios no se hubieran extinguido,
estos seres habrían evolucionado hasta el punto de llegar a crear una
civilización.
De
eso se trata precisamente la nueva película de los Estudios Pixar. Nos
traslada a una línea de tiempo temporal donde el famoso meteorito no se
estrelló en nuestro Planeta y los dinosaurios comienzan a dar sus
primeros pasos como civilización. Lograron desarrollar un lenguaje
hablado para comunicarse y poseían granjas donde practicaban la siembra,
el cultivo y hasta almacenaban alimentos.
En
esta civilización desarrollada por los dinosaurios el hombre sólo era
considerado una mascota, no hablaba y muchas veces se comportaba como un
perro. Ese es uno de los ganchos de la película, la inversión de
papeles (Dinosaurios con el rol de humanos y los humanos con el rol de
mascota).
Si
le hacemos un análisis superficial al mensaje de la película podemos
decir que la trama principal es la superación del miedo, la valentía y
el valor de la amistad. A lo largo de la historia (la cual me hizo
recordar algunas partes de “El Rey León”) podemos observar a dos
criaturas completamente diferentes que se unen para crecer y madurar de
forma simultánea.
UN ANÁLISIS ESPIRITUAL DE LA PELÍCULA.
A
continuación les presentaré un análisis muy personal que posee un
enfoque espiritual. A pesar de que el director y creador de la historia
no ha hecho ningún comentario sobre esta perspectiva espiritual, estoy
seguro que esa era su intención.
Al
terminar de ver la película me puse a reflexionar por qué me había
gustado tanto y pude detectar que la historia del dinosaurio Arlo es una
analogía de lo que tiene que experimentar nuestro espíritu cuando
decidimos reencarnar en esta dimensión. “¿Y que se fumo este?” dirá más
de uno al leer estas palabras, pero les aseguro que si analizan muy
bien las diferentes escenas se darán cuenta de lo que les digo.
El
propósito principal del personaje de la película es regresar a casa, el
mismo propósito que tiene nuestro espíritu. Para lograr eso debe
superar sus miedos, lo mismo que tenemos que hacer nosotros para poder
superar la tercera dimensión. A lo largo de nuestro camino de regreso a
casa nos encontramos con seres que nos ayudan a superar las dificultades
y también otro tipo de seres que nos desvían de nuestro camino, al
igual que le sucede a Arlo en la película.
Una
de las distracciones que nos puede desviar del verdadero camino de
regreso a casa pueden ser los falsos profetas y las religiones. Las
cuales las veo representadas en el pajarraco que hablaba de que había
tenido una revelación y a la larga sólo quería que Aldo trabajara para
su beneficio.
En
esta vida, al igual que le sucedió al protagonista de la película,
tenemos ayuda de seres de otras dimensiones que nos brindan su luz en
los momentos de oscuridad. Y la ultima experiencia que tiene que vivir
nuestro personaje antes de regresar a casa es el desapego, dándonos a
entender que muchas veces tenemos que permitir que los otros seres sigan
su propio camino.
Al final todos vinimos a este mundo para dejar una huella, al igual que lo hizo Aldo, el gran dinosaurio.
Les recomiendo que vean esta película con toda la familia, no se arrepentirán.
Gracias a todos por formar parte de mi realidad.
Les envío un abrazo energético.
Les envío un abrazo energético.
Daniel López de Medrano
Escritor & Conferencista
www.lopezdemedrano.com
Escritor & Conferencista
www.lopezdemedrano.com
1 comentario:
Muy bonita reflexion, me encntan las peliculas infantiles, voy a buscarla para verla gracias,gracias,gracias.
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