“Quiero hacer constar que el que busque, al leer esta ésta entrada de Göbekli Tepe, algún retazo en las representaciones pétreas de “conexiones extraterrestres”, le aconsejo que no siga leyendo, pues me temo que no va encontrar ninguna. Y no va a encontrar ninguna, no porque tengamos la intención de ocultarla, ignorarla o por no haber tenido su posibilidad en cuenta, si no porque sencillamente no las hay. Éste yacimiento, posiblemente uno de los mas importantes encontrados para explicar la transición al Neolítico en Oriente Próximo, ayuda a descubrir incógnitas que deben ser consideradas como mas reales y significativas: Los primeros pasos e indicios de una evolución del pensamiento social, económico y religioso del ser humano, hace una decena de milenios, tras el Paleolítico y que nos lleva hasta nuestras días”
Posiblemente mucho de los textos de referencia que podamos encontrar hacia éste enclave, abandonado y ocultado en el IX milenio a.c. durante el Neolítico Pre-cerámico, empezarían por localizarlo en tal o cual sitio, cercano a la actual ciudad de y próximo a la actual frontera de cual. Por el contrario, estimo mas adecuado empezar éste relato retrotrayéndonos en 12000 o mas años.
Esquema del yacimiento de Göbleki Tepe (Ampliar) Elaboración Deustches Archäologisches Institut
Situado en uno de los puntos mas alto de una cadena montañosa visible desde varios kilómetros, el lugar hoy descubierto, formaría parte de una extensa región que bordeaba, a su oeste y en dirección sur, el contorno de una península de forma triangular que la separaba de otro gran escenario fluvial anexo. Hacia el este, y siguiendo la línea de la costa de un mar interior salino, se extendería hacia la cuenca superior de dos caudalosos ríos, regalías para un amplio valle. Anchos cauces que desembocaban independientes en una sedimentaria gran zona de marismas y pantanos que será, dentro de cinco milenios, el segundo hogar de una crucial civilización urbana proveniente del este. A su derecha, ejerciendo de barrera, un nuevo conjunto de alturas que trascurrían en paralelo al anterior y que en su parte norte, a modo de coronario, se situarían varios lagos, residuos del último gran periodo glacial de Würm. Hacia el sur, sólo la progresiva degradación de ésta excelencia de la Naturaleza podría haber sido contemplada. En el vértice superior de éste vergel en forma de “media luna”, y posible origen de mitemas posteriores sobre un idílico “Jardín del Edén”, es donde hubiéramos advertido el lugar de reunión ritual de sus constructores humanos y probablemente primeros colonizadores. Cazadores-recolectores que gracias al inmenso don proveedor de éstas tierras, les fue permitido abandonar las costumbres nómadas que sus antepasados mantuvieron durante mas de seis mil años y que como consecuencia de eventualidades climáticas, se vieron en la obligación de buscar soluciones alternativas para su subsistencia.
Aún desprovisto de población permanente, aunque relativamente cerca de varios asentamientos habitados – a unos cincuenta kilómetros estaba Nevali Çori, y un poco mas alejados: Sefer Tepe, Karahan, Hamzan Tepe y Atatürk – , la monumentalidad del conjunto arquitectónico no deja opción a otro pensamiento que tratamos con lugar de privilegio y en extremo relevante en dicha sociedad. Compuesto de varios foros – los mas antiguos, los denominados recintos “A” a “D”, con aprox. 12000 años -, presentan una forma circular o semi-circular en los mas antiguos y rectangular en los modernos. Su distribución general está compuesta por un recinto principal, con un diámetro de entre diez y veinte metros, que se acompaña de un número de “fosos” o “pasillos” exteriores concéntricos que recubren sus paredes con un muro de contención de piedra. A su vez y envolviendo, si no toda, la parte mas antigua del conjunto, una terraza que dispone de una escalera de acceso al conjunto. Incorporados a sus muros y dividiendo los óvalos por sectores, entre diez y doce monolitos de piedra calcárea en forma de “T” con un peso aproximado de entre cinco y diez toneladas. A esto se unirá como aparente característica del foro principal, unos poyos a modo de asiento que se insertan en cada sector y, dependiendo del recinto, un suelo de roca natural o bien un enlosado pétreo a modo de terrazo artificial. Destacando en el centro del complejo, dos excelsas y superiores figuras sobre un pedestal igualmente pétreo, colocadas en paralelo y de forma contrapuesta. Para unir el foro principal con el exterior del recinto, un acceso que incorporaría un portalón de entrada decorado con motivos protectores unido a una escalinata de piedra – siendo una especulación que se toma de la distribución de recintos similares encontrados en Nevali Çori -, ya que tanto el recinto principal como los secundarios están por debajo del nivel del suelo.
Pilar 18.Recinto D Gobekli Tepe
Vista frontal de uno de los dos pilares centrales del recinto “D” en Göbekli Tepe, Pilar 18. Se aprecia un ser antropomorfo que tiene las manos unidad en forma de “V” sobre un vientre oblongo y donde se aprecia un “fajín” decorativo. En la base, cinco ánades que podrían simbolizar una “guía espiritual”. Foto de Nico Becker, DAI
Un primer indicio de su prominencia, proviene de la representación figurativa que nos proporcionan las tallas o monolitos en forma de «T» y que pueden ser interpretados, en seguridad, como el reflejo de determinados seres antropomorfos (K. Schmidt, 2004), muy posiblemente “entes espirituales” . El hecho que las diferentes tallas no representen una absoluta morfología humana, se debe explícitamente a una probable intencionalidad alegórica, de tal manera que la viga transversal de la figuración en “T” nos mostraría la cabeza de un estilizado ser humano desde su vista lateral. Disposición ésta que remarcaría, de manera especial, determinados rasgos faciales, caso del mentón y el occipital de un rostro humano, resaltándolos con respecto al fuste oblongo que hace las funciones de cuerpo. Ésta solución explicativa, se verifica de modo visual en algunas piezas que muestran bajorrelieves de brazos flexionados en las caras anchas de la talla – se trata dos bandas verticales, rectas y paralelas -, así como en la representación de unos antebrazos y unas manos que se encuentran, y que toman una posición de “V” en la parte frontal que haría funciones de pecho y vientre. – si bien tales miembros son presentados de forma poco anatómica -. Un detalle que puede resultar relevante, es la disposición contrapuesta de las dos tallas centrales que permiten a los reunidos sentados en los poyos, y por su disposición cuasi-circular, tener la sensación de ver al “ser espiritual” – entendiendo que las dos tallas centrales componen una figuración única – siempre o casi frontalmente, en similitud a la dualidad representativa en los “totems” de las culturas cazadoras-recolectoras amerindias. Otra evidencia a añadir de esa intencionada “concepción figurativa”, nos la da el hecho que los motivos animales de esos mismos pilares “T”, realizados tanto en alto como en bajorrelieve, tienen una gran naturalidad y detalle, con lo que técnicamente hubiera sido factible una figuración menos sintética.
fajin pilar 18
Vista lateral del “fajín” , antebrazos y manos del pilar 18. Recinto “D”.
En relación, se tiene también constancia que varias tallas de piedra, y en diferentes recintos, son vestidas con lo que parece ser un ropaje en forma de esclavina que se envolvería alrededor del cuello, cayendo a ambos lados del cuerpo y cuyo engaste tendría probablemente un carácter ritual – A añadir, la representación de “fajines” con motivos abstractos alrededor de la supuesta cintura- . Vestuario que probablemente también era utilizado por determinadas personalidades dentro del clan y que se confirma con el hallazgo de “botones” líticos que sólo aparecen en éste lugar. Por otro lado, no existe una distribución homogénea entre los diferentes foros – se pueden apreciar hasta ocho principales, y que incluiría un denominado “E” o “Templo de roca”- , de tallas vestidas con esclavina. Ésta distribución discorde, pudiera indicarnos algún tipo de relevancia o categoría entre los diferentes foros y posiblemente entre sus asistentes. Así y comparativamente, en el recinto denominado “D”, y que es el que posee un mayor diámetro circular, dispone de un número mayor de decoraciones con esclavina, incluyendo los incorporados a los muros, que por ejemplo el recinto “B”, donde no existen ni siquiera en las tallas centrales. Por el contrario, el recinto “C” parece integrar un igual número de monolitos que el recinto “D”, pero una menor proporción de esclavinas en comparación.
Como ya hemos advertido con anterioridad, las monumentales tallas pueden estar decoradas con motivos animales, no apareciendo ninguna aparente representación vegetal, aunque si adornos abstractos, y que como hemos comentado, presentan una estimable naturalidad. La distribución de tales motivos tampoco, y tal vez confirmando lo anterior, es homogénea, dándose el caso de recintos donde un determinado animal aparece como mas profusión y otros donde hay una gran amalgama. Así, el denominado recinto “C” presenta un alta proporción de imaginería de jabalíes macho, mientras que el recinto “D” aduce de una mayor cantidad figuraciones de zorros y serpientes en comparación.
Totem Gobekli Tepe
“Totem” pétreo encontrado en Göbekli Tepe. Foto de Nico Becker, DAI
Parece preclaro pensar que tales alusiones en las tallas antropomorfas, pudieran ser atributos del ente/s representados, o “espíritus custodios”, de carácter ctónico, ya que no parece aplicable, en éste caso, su relación con la iconografía ritual en beneficio de la caza, caso de la afecta al periodo Magdaleniense del suroeste de Europa o del Neolítico Pre-cerámico B de Oriente Próximo – léase los yacimientos de Umm ez Zuweitina , Dhuweila o Umm Dabaghiyah -, por dos razones: Primera, porque las pinturas rupestres suelen ser indicativas de una determinada caza endémica y segundo, porque aunque todos los animales representados en el conjunto de Göbekli Tepe estén asociados a una fauna autóctona y contemporánea, los restos óseos encontrados – a excepción de zorro, jabalí y serpiente, encontrados en una menor proporción, y que posiblemente se utilizaran para la confección de adornos ceremoniales – son fundamentalmente de herbívoros, y que serían los que preferentemente compondrían su dieta, como así lo podría certificar un osario manipulado con la intención de extraer el tuétano. En rúbrica, habría que añadir la excelsa representación en los monolitos en “T” de unos con respecto a los otros, con lo que su función como centro ritual cinegético, debe ser desechado.
Dicho esto, la opción de considerar los relieves como “símbolos totémicos” parece la mas adecuada – consideración que se avala con el hallazgo de varios totems pétreos en el yacimiento –. De ésta guisa, habría que aclarar que las creencias totémicas consisten en que cada clan se apropia de la imagen de un ser vivo, utilizándolo como su exclusivo emblema y sus atributos naturales tomados como propios, variando en su interpretación según la estructura cosmogónica del grupo social (Layton, 2000). Aceptando las hipótesis de Layton (1992), el arte totémico tenderá a la concentración en lugares significativos para la sociedad en cuestión y sus totems describirán a determinados animales endémicos de la zona. – si bien también parece razonable considerar su asimilación característica con cofradías o consejos. Caso de cazadores, guerreros o legisladores, por poner algún ejemplo – , tomando funciones de lugares iniciáticos y rituales de mayoría de edad. De igual manera, Bischoff (2002) nos advierte que las áreas demarcadas con piedras erguidas o pilares totémicos pueden ser interpretadas como conexiones entre el “Inframundo” y el “Mundo de los Vivos”, o bien del “Inframundo” con el “Cielo” o “Mundo Superior” – si bien en el caso de Göbekli Tepe existen pilares con 7 metros de altura, también lo hay de escasos 1,5 metros. A lo que habría que añadir están situados por debajo del nivel del suelo, lo que desvirtuaría la hipótesis segunda – En ese sentido, J. Cauvin (1997) nos dicta que el “hieratismo vertical” será propio del futuro Neolítico y que las sociedades pre-neolíticas conservaban todavía la “percepción horizontal” del Universo. Tal y como puede ser apreciado en Göbekli Tepe, el Neolítico pre-cerámico A no evidencia todavía ninguna necesidad de “verticalidad” para representar sus creencias, así como para plasmar la esencia del mundo que le rodeaba, por lo que nos continuaría hablándonos de “poderes terrenales” adscritos a la Naturaleza. Expuesto lo anterior, la función de sacro lugar para ritos iniciáticos, también debería ser desechada o en su defecto, trasladada a previsibles recintos con esa función en los asentamientos poblados, caso de Nevali Çori. Afianzada la lectura pre-neolítica de los símbolos totémicos, nos quedaría por dilucidar su posible significado dentro de su cosmología cultural.
Como ha sido dicho ya, el totemismo consiste en personalizar idílicamente los atributos de entidades de la Naturaleza. Si bien, la representación es extensa – un mínimo de cincuenta especies de mamíferos, aves, reptiles e insectos con distinto número de figuraciones y poses, sin una pauta previa reconocible – , parece que destacan alrededor de cuatro principales entes naturales, por su relación con los monolitos en “T”, y que son el zorro, la serpiente, el jabalí, el uro, y dos por sus acepciones generales: Carroñeros y ánades/zancudas, si bien los animales mas representado son los cérvidos, ungulados y especies ovinas y caprinas.
Pilar 43 Gobekli Tepe
Pilar enclaustrado 43 del recinto “D” de Göbekli Tepe. Los monolitos insertados en los muros dividirían el recinto por sectores y tal vez, las representaciones de los diversos clanes
Ya que no disponemos de un conocimiento verificable del perfil cultural para realizar una conjetura explicativa, parece lícito buscar su significado entre las diferentes mitologías y modos conocidos del Mediterráneo Meridional Levantino y de la cuenca alta del Tigris y Eufrates, siempre dentro de un ámbito pre-cerámico – como pauta hemos tomado la figura del zorro. Personalidad mitémica quedesaparece con la llegada del Neolítico y que si se advierte en yacimientos de Neolítico Pre-cerámico B, caso de Kfar Hahoresh (Israel), en el Pre-cerámico A de Jerf el Ahmar (Siria) y en el Pre-cerámico chipriota, por poner algunos ejemplos – . Dicho lo anterior y en caso del zorro, su simbología se ajusta mucho a la idea de “excelencia” en un ámbito cazador-recolector. No en vano las características del género Vulpes son las de una “merodeador” y cazador oportunista de gran solvencia e inteligencia; en definitiva un hábil proveedor de alimentos. La personalización de la serpiente puede parecer mas obvia, ya que su relación con la general fertilidad de la Naturaleza y humana, se extenderá de forma paulatina por los espacios culturales mediterráneos y de Oriente Próximo en los siguientes milenios. La figura del jabalí nos hablaría de “protección” , y así aparece con “guardián” de diferentes recintos de Göbekli Tepe, y de “defensa denodada” del territorio – Aquí un zoólogo podría mejor indicar la extrema territorialidad del gran jabalí silvestre, a lo que habría que añadir su fiereza. Una fiereza que queda ejemplarizada por ser una de las pruebas del héroe griego Herácles – . El uro, y su representación bucránea, definiría probablemente la “fortaleza”. La corroboración de tratar con animales afectos a unos “altos valores” en dicha cultura, nos la da el hecho confirmado, en diferentes yacimientos vinculados, que prácticamente nunca supusieron un recurso alimenticio.
El resto de los casos, mas afectos al resto de los monolitos, aunque también aparezcan los anteriores símbolos como posible “valor añadido”, probablemente nos dirigirían al concepto de “abundancia” – en el caso de los distintos tipos de rumiantes, o como ya se ha sugerido: “Los provenientes de ..” -, de guías terrenales/espirituales – en el caso de ánades y zancudas , o de igual manera de la “zona de …” ¿ Los lagos, tal vez..? – , con excepción de los buitres o carroñeros explícitamente representantes del tránsito entre la Vida y la Muerte, a poderes espirituales del “Mas Allá” y a los antepasados.
Visual del recinto “C” . Göbekli Tepe
En epílogo y como resumen decir, que nos hallamos ante probablemente, y excluidas ya alternativas, ante un recinto ritual de reunión de clanes de una misma cultura. Recinto que expone por medio de simbolismo el ensalzamiento de determinados valores y que pueden ser adscritos a una sociedad de cazadores-recolectores en evolución, ejerciendo, a la vez, como vehículo de cohesión del grupo. La “partición” del recinto por los diferentes monolitos posiblemente nos hable de asientos adjudicados a los representantes de un determinado clan, ejerciendo el pilar separador de “estandarte”. Un estandarte que es sugerible, nos hable de la procedencia, valores acuñados y “títulos merecidos” por ese clan a lo largo del tiempo, – tal vez de ahí provenga la progresiva ausencia de simbología según nos acercamos a recintos mas modernos y de menos, asumible por lo apreciado, jerarquía – y que asumen sus representantes dentro del cónclave. La existencia de varios foros, podemos conjeturar, sea consecuencia de distintos “niveles” o “tipos” de representantes en función de cofradías, rangos o asuntos a tratar, siendo el simbolismo y antigüedad de los pilares centrales quien, con su estudio futuro, pueda ofrecernos respuestas mas preclaras en éste sentido. Aunque se ha sugerido que se trata del centro religioso mas pretérito conocido – como consecuencia del poso ritual, de su “halo mistérico” y de haber sido encontrado un parco osario -, tal aseveración está rodea de serias dudas. Ya hemos hablado que no se debe confundir rituales sociales en un ámbito pre-cerámico con las “escenografías sacras” posteriores, ya que son fruto de las adaptaciones psicológicas, según J. Cauvin (1994) vinculadas al desarrollo del Neolítico. Por otro lado, la existencia de restos humanos no debe de ser conclusión para sostener dicha hipótesis, pues bien podría tratarse de episodios rituales de canibalismo – apoyados sobre el tipo de roturas óseas en los restos encontrados, también para extraer los tuétanos – que concordarían mas con la apreciable significancia simbólica como nexo del conjunto . La disposición central de las tallas antropomorfas en “T”, y que no resulta arriesgado aventurar que se trata de “guardianes”, ha de ser entendida en su acepción de “censores” de los diferentes cabildos. Su presentación sintética, y de alguna manera difuminada, pueden hacernos pensar que se trata de la representación del conjunto de los espíritus de los antepasados que presidiendo desde el “Mas Allá”, aconsejan con su presencia y guía a los integrantes de los foros en la toma de decisiones.
Referencias y mas información:
“Animals in the symbolic world of Pre-Pottery Neolithic Göbekli Tepe, south-eastern Turkey: a preliminary assessment ” Joris Peters y Klaus Schmidt (2004)
“Göbekli Tepe: the Stone Age Sanctuaries. New results of ongoing excavations with a special focus on sculptures and high reliefs” Klaus Schmidt (2010)
“Göbekli Tepe: santuarios de la Edad de Piedra en la Alta Mesopotamia” Klaus Schmidt (2004)
“Animals and ritual during the Levantine PPNB: a case study from the site of Kfar Hahoresh, Israel ” Liora K. Horwitz y Nigel Goring-Morris (2004)
“El surgimiento de sociedades sedentarias en el Levante meridional del Cercano Oriente ” Hans Georg K. Gebel (2004)
Imágenes:
“Göbekli Tepe: the Stone Age Sanctuaries. New results of ongoing excavations with a special focus on sculptures and high reliefs” Klaus Schmidt (2010)
earthfiles.com
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