Traducción: Fara González
Difusión: El Manantial del Caduceo en la Era del Ahora
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
https://www.facebook.com/ManantialCaduceo
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Mañana o quizás hoy para cuando lean esto, el pueblo de los Estados
Unidos vaya a votar, en una elección que parece tan lejana de la unidad
como sería posible. Pero debajo de todas esas creencias en oposición,
debajo de toda la ira y la emoción, debajo de todas las horribles
verdades y mentiras descaradas, hay un río poderoso que está muy unido.
Ese río está conformado por la energía de todos y la energía de todos
justo ahora surge con un poder que ha estado naciendo gradualmente en
meses recientes, años y para algunos, décadas. Esa energía está
conformada por todas nuestras almas, por todas nuestras fuerzas de vida
combinadas. Ella sabe lo que nosotros no sabemos, recuerda lo que hemos
olvidado. Pero quiere que sepamos y quiere que recordemos y por tanto
nos insta de formas diferentes. Nos anima y empuja. Puede que no
reconozcamos de forma consciente que este empuje que sentimos viene
realmente de nuestro interior. Podemos pensar que viene del exterior, de
ESA situación y de ESA gente o ESA persona. Pero las situaciones y las
personas son solamente peones en nuestro juego. Ellos son disparadores
externos que nos hacen llorar y gritar “¡Ya no más!” y “¡Estoy harto!”.
Estamos unidos por el conocimiento de que lo tenemos todo y que
de cierta forma se nos ha cegado y oprimido para que no podamos vivir
libremente. Podemos estar señalando en diferentes direcciones respecto a
lo que ha provocado esta falta de libertad y de poder, pero por debajo
de todo, todos tenemos el mismo instinto innato: estoy aquí para ser
libre, estoy aquí para utilizar mi poder en algo bueno, ¡tengo TANTO
poder y ya no puedo reprimirlo más!
La forma en la que
respondemos a este instinto innato determina si nos embarcamos en una
búsqueda interna y encontramos una misión, o nos convertimos en
activistas, o nos informamos respecto a un millón de tópicos y actuamos
en consecuencia, o nos enojamos en contra de “ellos” que percibimos como
el enemigo que nos bloquea el ser quienes somos.
Nuestros
campos de energía están estructurados por capas de recuerdos y
emociones, acumulados a lo largo de vidas y generaciones, que influyen
en nuestra visión del mundo, nuestras actitudes, nuestras creencias, y
la forma en que nos vemos a nosotros mismos y a los demás. La ciencia de
la epigenética lo ha probado. Nuestras hermosas almas pueden
convertirse en bellos pisos de madera brillante que han sido cubiertos
de polvo. Ese polvo no desaparece por sí mismo. Algunas personas, que
siguen a su urgencia interna, han limpiado y barrido mucho y así el
polvo ya casi no está allí. Otras tienen mucho polvo y así los ciclones
externos vienen y lo revuelven y dispersan todo.
Esta
elección parece ser de dos protagonistas principales, que aparentan
tener la suerte del país y del mundo en sus manos. Pero no es así, y no
la tienen. Es entre otras cosas, respecto al despertar de la atención de
la nación para reconocer que el papel del presidente no es el papel
todo poderoso que pudiésemos haber pensado, o esperado que tuviera. Es
por eso que esta elección se siente como una tragi-comedia de un reality
show. Vivimos en una era de transparencia. Nada ni nadie puede ya
esconder sus verdaderas intenciones o su verdadera agenda. Las fachadas
concebidas bajo un guión ya no pueden enmascarar la verdad. Si parece
una acción esquiva y suena como una acción esquiva, existe la
posibilidad y hay una razón para que todos digamos “Caramba, esto se
siente verdaderamente como si estuviese mirando un reality show”.
Ahora hay más claridad que nunca respecto a que las corporaciones y
otros intereses están tras bambalinas, halando de las cuerdas, tomando
decisiones que tienen menos que ver con lo que es bueno para la gente y
más con el dinero y el poder. Ustedes pudieran colocar a la persona más
brillante, bondadosa, inteligente y de buen corazón en esa posición y
como se presenta el sistema HOY, esa persona tendría que responder a
niveles de autoridad muy por encima de ella, quedando indefensa en
muchas formas para responder a la gente.
Todos buscamos esa
mujer u hombre correcto para que ocupe esa posición para que el país (y
el mundo, debido a la influencia de los Estados Unidos), pueda cambiar.
Pero el sistema no está construido así. La persona “correcta” no puede
cambiar un enorme sistema corrupto que es mucho mayor que cualquier
persona. Lo que posiblemente pueda cambiar este viejo sistema es un
colapso desde la raíz; la gente cotidiana que lo desconecte y se niegue a
apoyarlo, movimientos desde la base como lo ocurrido en Standing Rock,
los medios sociales que compartan información, elevando la percepción y
abriendo los ojos, de que ustedes y yo conscientemente elijamos qué
hacer, cómo pensar, cómo tratarnos, qué comer, qué comprar, las
compañías y bancos en los que elegimos colocar nuestro dinero o no. Se
trata de hablar y de actuar cuando y hacia donde se nos guíe.
Es muy simple: ser bondadosos y compasivos, de mente y corazón abiertos. Y los políticos no están a cargo de nada de eso.
Ustedes deciden cómo tratar a su vecino. Elijen cómo criar a sus hijos. Deciden que cadena de noticias seguir o no seguir. Elijen que productos comprar, que causas apoyar, que tópicos quieren discutir.
Quien se convierta en el próximo presidente, tiene menos poder que el que le acreditamos. Y USTEDES tienen mucho más poder del que creen. No va a ser un presidente mágico el que los haga sentirse seguros o asegurar que el agua, el aire y la Tierra se mantengan limpios. Todavía no vivimos en una sociedad totalmente iluminada con una mesa redonda de ancianos sabios que guíen al mundo. Ahora, el cambio depende de nosotros.
Es muy simple: ser bondadosos y compasivos, de mente y corazón abiertos. Y los políticos no están a cargo de nada de eso.
Ustedes deciden cómo tratar a su vecino. Elijen cómo criar a sus hijos. Deciden que cadena de noticias seguir o no seguir. Elijen que productos comprar, que causas apoyar, que tópicos quieren discutir.
Quien se convierta en el próximo presidente, tiene menos poder que el que le acreditamos. Y USTEDES tienen mucho más poder del que creen. No va a ser un presidente mágico el que los haga sentirse seguros o asegurar que el agua, el aire y la Tierra se mantengan limpios. Todavía no vivimos en una sociedad totalmente iluminada con una mesa redonda de ancianos sabios que guíen al mundo. Ahora, el cambio depende de nosotros.
Hay una profecía Hopi que dice “somos aquellos
que esperamos”. En este tiempo, es nuestra responsabilidad encarnar esa
filosofía en la forma en que se nos guíe a hacerlo. Algunos oran y son
ridiculizados porque no actúan. Otros actúan y se les critica porque
“todo está dentro”. Dejemos de cuestionar las formas correctas de
cambiar el mundo y consideremos que quizás haya 7 billones de nosotros
porque hay mucho que hacer aquí, mucho que cambiar y literalmente
billones de formas en que cada uno puede contribuir con su energía
positiva e influencia para lograr ese cambio. Y sí, hasta las dos
estrellas del reality show de esta elección, por mucho que quieran
ustedes desviar la atención, ellos también están jugando su papel.
Quienquiera que “gane” mañana, sepan que el verdadero poder en nuestro
punto en nuestra evolución está con nosotros, nosotros la gente
cotidiana. Los políticos seguirán jugando su papel en el reality show
mientras puedan hacerlo, pero las cortinas se cierran sobre ellos muy
rápidamente. Mientras tanto hay mucho que podemos hacer cotidianamente
para contribuir al mundo que queremos crear.
Quienquiera que
“gane”, confíen en que el río de energía que constituye el alma de la
gente, es finalmente la energía que hace avanzar al país. Ningún
candidato sostiene la energía del “ganador” porque ninguno tiene control
real de la dirección de este río. Ambos son utilizados para conducir
desde un vehículo que funciona basado en reglas de la élite y el ego,
pero ese vehículo no tiene mucho más combustible.
Estoy
enviándoles sinceramente mucho amor y oraciones a ustedes en los Estados
Unidos, será una semana de shock y descontrol de cualquier forma para
la mitad del país. Nuestros pensamientos están con los millones de
personas realmente buenas allí, que solamente quieren lo que les
pertenece por derecho propio: la libertad para poder vivir en base a un
poder auténtico. Todos tienen diferentes creencias respecto a cómo
logramos estas cosas pero sepan que estas cosas ya son suyas. Pidan
abrirse a su verdadera libertad y poder auténticos de la forma
apropiada.
“Si un reino está dividido contra sí mismo, no puede prevalecer” – Marcos 3:24.
(c) Dana Mrkich 2016
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