Muchas personas evitan la intimidad porque ella involucra la intensidad
de experiencia. Cuando estamos “corazón a corazón” o mirándonos a los
ojos con alguien, no hay manera de decir lo que podamos sentir. Tal vez
sea perfecto y estimulante, o, en algunos casos, incluso puede parecer
levemente repugnante. Pero luego, cuando los sentidos se despejan y nos
tomamos tiempo para tener una perspectiva de lo que realmente sucedió
en esos momentos, o en ese período de la vida, el real beneficio de la
intimidad comienza a brillar y se convierte en oro. ¡Ahí es donde se
aprenden las lecciones y se expande la sabiduría!
A los Empáticos les resulta algo difícil permitir la intensidad
emocional o sensorial durante cualquier periodo de tiempo, incluso las
cosas "buenas y placenteras." Pero si aprendemos a confiar en nosotros
mismos, a discernir el "ritmo" de nuestra naturaleza sensible, actuando
inmediatamente si vemos que las cosas empiezan a "salirse de los
parámetros" y entran en el trauma o el entumecimiento, podemos
restablecer la confianza en nuestra propia "forma de ser", y sentirnos
bien respecto a abrirnos en estrecho contacto con alguien.
Copyright, 2009, Daniel Jacob. Publicado en Facebook el 7.10.16 – Reservados todos los Derechos. Se puede copia y compartir con el propósito de un crecimiento personal y/o investigación, en tanto se incluya el sitio y los derechos de autor. Toda reproducción con fines de lucro, por cualquier medio, requiere el permiso escrito de Reconnections, Inc.
Traducción: Susana Peralta
Sitio oficial de Daniel Jacob en español www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
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