miércoles, 8 de abril de 2020
EL CÓDIGO DE SIRIO Y EL BANCO PSI (1º parte) DESMANTELANDO EL SISTEMA / A LOS BUSCADORES DE LA VERDAD
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DESMANTELANDO EL SISTEMA / A LOS BUSCADORES DE LA VERDAD
EL CÓDIGO DE SIRIO Y EL BANCO PSI (1º parte)
El ciclo de cerca de 26.000 años en el que la Tierra transita a través de cada uno de los 12 signos zodiacales es también la duración del ciclo de traslación del Sol alrededor de la estrella Alcyone, la estrella central de la constelación de las Pléyades.
El 21 de diciembre de 2012 marcaba una fecha importante por la "Sincronización Galáctica", la alineación astronómica del Sol con el centro de la galaxia (Hunab Ku). Para los mayas, el fin del ciclo precesional marca el inicio de un nuevo mundo, una nueva creación en la Tierra. Es interesante ver que este gran ciclo de 26.000 años (también denominado Giro Galáctico), tiene una correspondencia fractal con el ciclo de 260 días del calendario sagrado Tzolkin, el mismo que se ajusta aproximadamente al periodo de gestación del ser humano.
Si observamos cuidadosamente la matriz del Tzolkin, vemos que hay una repetición de los números del 1 al 13 que ocurre 20 veces, dando un total de 260 unidades. Además, notamos que hay un patrón (los "cuadritos" negros en la figura) que consiste en 52 unidades, 26 a cada lado de la columna central (la séptima), por lo que decimos que tiene una simetría bilateral (los dos lados), y una simetría radial (desde el centro de toda la matriz), que en conjunto crean una simetría radial binaria.
Para los mayas el ciclo de 26.000 años estaba compuesto de cinco ciclos menores de 5.125 años de duración cada uno. Cada uno de estos ciclos constituía un Ciclo de Creación o una Era. Esto puede apreciarse también en el "calendario" o Piedra del Sol de los aztecas, donde cada ciclo está regido (y es destruido) por uno de los cinco elementos.
Nuestro ciclo actual (3113 a.C. - 2012 d.C.) es llamado la Era del Quinto Sol.
La fecha del 13 de agosto de 3113 a.C. es tan precisa y exacta como uno pudiera desear para el inicio de la historia: la primera dinastía egipcia está fechada cerca del año 3100 a.C.; el Kali Yuga de los hindúes se inicia en el 3102 a.C.; la primera "ciudad", Uruk, en Mesopotamia, también data de cerca del 3100 a.C.; y lo más interesante, la división del tiempo en 24 horas de 60 minutos cada una y cada minuto 60 segundos (y la división del círculo en 360 grados), también ocurrió cerca del año 3100 a.C., en Sumeria.
Dentro del ciclo de 5.125 años hay 13 ciclos menores que integran la "cuenta de los 13 Baktunes" o "la cuenta larga". Cada Baktun dura 394 años, o 144.000 días. Cada uno de los 13 Baktunes representa una época bien definida y tiene un sentido histórico específico.
Visualmente, el Tzolkin es una tabla de 20 filas y 13 columnas que dan un total de 260 combinaciones o casillas. Por supuesto, los números 13 y 20 se refieren a la frecuencia 13:20, y cada una de las 260 combinaciones es la codificación de un minuto NET en términos de un "sello" y un "tono" (un minuto NET es una unidad de tiempo noosférico, equivalente a un día o kin). Los dos ciclos de 365 y 260 días coinciden cada 52 años solares para formar un año NET.
El calendario o instrumento para llevar la cuenta del tiempo es el calendario lunar, cada "mes" o Luna contiene 28 días, el equivalente del ciclo femenino de la menstruación.
¿Cómo hacer equivaler los 260 días del Tzolkin con los 365 días del calendario?
El mecanismo para hacer esto es así. Cada uno de los días "torre" (las casillas negras en la figura del módulo del tzolkin), se cuenta tres veces; como en un anillo hay 52 "días torre", entonces en las 13 Lunas se tienen 3x52 = 156 días. El resto de los días, 208, los sumamos a 156 para obtener 156+208 = 364 (recuerde que el 365vo día es el Día Fuera del Tiempo).
Las partes esenciales del Tzolkin son los trece números, veinte símbolos, y cuatro posiciones direccionales rotativas que regresan siempre a sí mismas, repitiéndose y pulsando incesantemente.
Aquello que es tejido en el Telar Maya es la matriz de posibilidades que corresponden a nuestra experiencia del mundo. Esta matriz tejida es una tela de 260 componentes o símbolos que informan a nuestros sentidos y a nuestra mente con las claves informáticas necesarias para relacionarse y trabajar con este mundo.
¿Qué son los hilos tejidos por este Telar Maya?
Los hilos verticales están representados por los trece números y los hilos horizontales por los veinte símbolos.
Pero, ¿qué representan ellos?
Los trece números representan modelos primarios de energía radiante, a los que pudiéramos llamar radio-pulsos. Los veinte símbolos representan el ciclo de posibles rangos de frecuencia para la transformación o evolución que cada una de estas radio-pulsaciones pueda sufrir.
El 20 se refiere a un código de frecuencia corporizado en el orden permutativo o sistema de notación mismo de 4 x 5, también conocido como código 0-19. Las 20 unidades de este código también se traducen a un lenguaje icónico codificado por color que consiste de 20 símbolos o sellos solares.
La combinación de cualquiera de los trece números y las veinte posiciones direccionales, crea un símbolo o modelo de pulsación radiante que contiene una clase particular de información. Las 260 pulsaciones tejidas por el Telar Maya dan origen a todo el campo resonante que experimentamos como realidad.
¿Qué es un símbolo?
Un símbolo es una estructura resonante, es la reverberación de una cualidad particular de energía radiante que toma forma en nuestros sentidos.
El propósito de la mente es “entender el sentido” de símbolos o estructuras resonantes que han sido informadas por nuestras facultades sensitivas. Nuestros acondicionamientos afectan las “interpretaciones” de la mente.
Platón y Jung llamaron “arquetipos” a las estructuras resonantes.
El Telar Maya teje los símbolos en el tapiz entero que experimentamos a través de nuestra mente y nuestros sentidos. No sólo como metáfora, sino en realidad, el universo es un tejido de símbolos, y es a través de símbolos como tejemos nuestro entendimiento del universo.
Como estructuras resonantes, literalmente los símbolos construyen nuestro cuerpo de luz, trabajan con él, y le suministran información. El fundamento de nuestro cuerpo de luz corresponde a la infraestructura vibratoria del ADN y éste puede ser activado a través del uso de los símbolos. Este cuerpo de luz, criador de símbolos, no debe ser visto como una entidad separada de lo que llamamos nuestro cuerpo físico.
Si los trece números son rayos de pulsación, los veinte signos son las posibilidades de rangos de frecuencias, que permiten que las estructuras armónicas lleguen a existir. Se podrían comparar los veinte símbolos con los veinte aminoácidos que contiene el ADN, al igual que los diecinueve intervalos que hay entre los veinte símbolos podrían ser comparados con los diecinueve giros que los filamentos del ADN complementario hacen para completar un codón, que es una de las 64 estructuras de seis partes que constituyen el código genético.
Las 13 Lunas, de 28 días cada una, forman 364 días, a los que se agrega uno, el llamado Día Fuera del Tiempo, correspondiente al 25 de julio. El año solar-lunar está sincronizado además con la elevación heliacal de la estrella Sirio del 26 de julio, fecha que se considera como la de inicio del año en el modelo de tiempo noosférico NET.
Tanto el calendario gregoriano como el de 13 lunas actúan anualmente con 52 semanas de siete días (364 días).
El ciclo solar galáctico de 52 años es emitido directamente, como una transmisión Siriana, hacia la órbita solar de V.24.3 (el planeta Tierra). Esta transmisión de doble emisión estelar de Sirio se denomina el código de Sirio.
52 días terrestres = 1 día de Sirio-B
52 semanas terrestres de 7 días = 1 semana de Sirio-B
52 años terrestres = 1 año de Sirio-B
Cada tono galáctico es el equivalente de un pulso galáctico de Sirio-A. Sirio-B genera 20 pulsos, que constituyen una trayectoria armónica, sincronizándose con los 13 pulsos galácticos de Sirio-A. Coordinado por los pulsos de Sirio-A, la cromática (pulso) de 260 kines de Sirio-B, está organizada como un sistema de 20 ondas de Sirio-A de 13 pulsos/ tonos, sincronizados por las 13 trayectorias armónicas de 20 pulsos de Sirio-B.
Integradas en la órbita de Sirio-B, estas corrientes del espectro cósmico galáctico son luego emitidas, a su vez, hacia la órbita solar de V.24.3 (recordemos que así es denominado por los mayas el planeta Tierra, el Sol se llama Velatropa 24 y el tercer planeta en su órbita es la Tierra, por lo tanto, V.24.3).
Debería observarse, que no sólo Sirio-B tiene un ciclo de 52 años terrestres alrededor de Sirio-A, sino que también tiene un diámetro de 26.000 millas terrestres, mientras que Sirio-A es 26 veces más brillante que nuestro sol. 26 días, es el ciclo de rotación de nuestro sol Kinich Ahau, cerca a su ecuador (28 días en una latitud de 30° – puntos de iniciación de los ciclos de manchas solares – y 33 días en sus polos).
26, por supuesto, es la mitad de 52 y un fractal del giro galáctico de 260 kines o la cromática de Sirio.
La cadena de mando parte de Hunab Ku, pasando por Sirio, hasta nuestro Sol. Es el código que rige el poder de auto-transmitir y auto-transformar la energía radiante y lo encontramos emanado desde Hunab Ku con comentes espirales de pulsación, y en movimiento de spin y contra-spin.
El 26 de julio de 1987, fecha conocida como la Convergencia Armónica marca el comienzo de la nueva dispensación del tiempo. Un nuevo sistema de cronología es posicionado desde esta fecha. La nueva cronología es conocida como “la Cronología de los Ciclos del Nuevo Sirio”.
Se debe tener en cuenta que Sirio es un sistema trinario, compuesto por Sirio-A, Sirio-B y Sirio-C (cuyas deidades eran respectivamente Sothis, Satais y Anu).
Sirio-B colapsó, atravesando sus propias cuerdas astrales. Lo que quedó atrás, en el mundo de la materia es, en términos estelares, una minúscula estrella enana de materia súper densa que fue atraída finalmente a una órbita elíptica alrededor de la estrella dominante (Sirio-A), como también lo fue Sirio-C, que mucho antes (hace más de 300.000 años) también había colapsado (en este blog la hemos denominado con el nombre de Zaos, estrella de origen de los Annunaki y del planeta Nibiru).
Ambas estrellas (Sirio-B y Sirio-C) continúan creando alteraciones e interferencias gravitatorias en el cuerpo solar de la gran estrella Sirio-A, que como los astrónomos han detectado, fluctúa y tiembla a causa del intercambio vibratorio.
La activación estelar, el comienzo del día galáctico, ocurre cuando nuestro sistema solar se alinea con las bandas de frecuencias de las Pléyades (Alción), Sirio, Arcturus, Orión y Andrómeda.
Para entender la alineación de bandas de frecuencia, uno podría pensar en círculos dentro de círculos (ciclos dentro de ciclos), a los cuales están atados imanes, girando a diferentes distancias. Claramente, periódicamente ellos podrían alinearse, formando un poderoso y largo imán. Eso actuaría como una poderosa corriente electromagnética.
La estrella de Canis Mayor (Sirio) se conecta con el cinturón de Orión, con Alción del cúmulo de las Pléyades en la Constelación de Tauro, y con Andrómeda.
Algunos esperan los efectos de la supernova provocada por Betelgeuse, conocida también como Alpha Orionis, en la Constelación de Orión.
Os comparto, para analizar, lo que en líneas generales algunas canalizaciones han informado de dichas alineaciones y que es denominado el “Evento”.
***Cuando el próximo anillo de la gran espiral cósmica de la galaxia y el nuevo ciclo terrestre de veintiséis mil años empiecen simultáneamente en el año 2013, esto es lo que ya habrá ocurrido:
1) La variación de los polos habrá hecho variar la posición de la Tierra en relación con el Sol.
2) El Sol, a su vez, se habrá recolocado en virtud de una variación de polos similar, en relación a las Pléyades.
3) Las Pléyades habrán llegado al término de una espiral, que habrá recolocado a ese sistema en relación a Orión.
4) El sistema entero de Orión habrá quedado oscurecido por un período de lo que en la Tierra serían veinticuatro horas, variando así los polos de cada estrella y planeta de ese sistema. Se habrá consumado la vaporización de muchos de los planetas de ese sistema, así como la reapertura y reconversión de Orión como portal galáctico al Centro de esta Galaxia y fuera de ella. Sirio ha venido cumpliendo esta función durante aproximadamente los últimos trescientos mil años, desde que los liranos invadieron Orión y tomaron allí el acceso al portal galáctico.
5) La pauta orbital actual de vuestro anillo solar alrededor de Alción, sol central de las Pléyades, será reemplazada por la del sistema pleyadiano entero, que empezará a orbitar alrededor de Sirio. Sirio será el nuevo sol central de este brazo de la galaxia y las Pléyades habrán pasado a formar parte del sistema solar de Sirio.
6) Una onda Galáctica se envía desde el Sol Central Galáctico cada 26.000 años. Este fenómeno es como el pulso del corazón humano.
7) El plazo y fecha límite para la transformación de la Tierra es entre 1975 y 2025.
8) El Sol Central Galáctico está enviando ondas Gamma dirigidas hacia la Tierra, la nave espacial Voyager-2 ha detectado esta fuerte radiación gamma.
9) Todo el mundo es el catalizador del evento, hemos entrado en un momento crítico de la elección.
10) La humanidad necesita tomar una decisión ahora. A partir de marzo de 2016 se ha entrado en la etapa final.
Javier Marti
M24
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Este texto será analizado en los próximos artículos.
Continúa en la 2º parte.
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