miércoles, 16 de septiembre de 2015

EL MERECIMIENTO Por Louise Hay



Todo hombre es como un cheque firmado en blanco por Dios. Nosotros mismos escribimos en él la cifra de su valor con nuestro merecimiento.
AMADO NERVO Poeta mexicano




El merecimiento del bien

¿Cree usted que se merece tener lo que desea? Si no es así, no se permitirá tenerlo. Circunstancias que parecen fuera de su control concurrirán para impedírselo.

Ejercicio: Me merezco

Vuelva a mirarse en el espejo y diga: "Me merezco tener... (o ser...), y lo acepto ahora". Dígalo dos o tres veces.

¿Cómo se siente? Preste siempre atención a sus sentimientos, a lo que sucede en su cuerpo. Pregúntese si se cree lo que dice, ¿o todavía se siente indigno?


Si su cuerpo le transmite cualquier sentimiento negativo, vuelva a afirmar: "Renuncio a la pauta que en mi conciencia está creando resistencias a mi propio bien". Y repita: "Me merezco...".

Repítalo hasta que sienta que lo acepta, aunque tenga que hacerlo durante muchos días seguidos.
El punto de vista holístico

Para enfocar la construcción de algo nuevo en nuestro interior nos interesa partir de un punto de vista holístico. La filosofía holística procura nutrir y alimentar la totalidad del ser: cuerpo, mente y espíritu. Si nos desentendemos de cualquiera de estos aspectos somos seres incompletos, no estamos enteros. No importa por dónde comencemos, siempre y cuando terminemos por incluir también las otras áreas.
Si comenzamos por el cuerpo, tenemos que trabajar con la nutrición, aprender la relación que hay entre nuestra elección de alimentos y bebidas y la forma cómo nos sentimos. Deseamos optar por lo que sea más beneficioso para el cuerpo. Hay hierbas y vitaminas, tenemos la homeopatía y también los remedios florales de Bach y el tratamiento del colon.

Asimismo, deseamos encontrar una forma de ejercicio que nos resulte atractiva. El ejercicio nos fortalece los huesos y mantiene joven el cuerpo. Además de diversos deportes, entre ellos la natación, no hay que olvidar la danza, las artes marciales, el tai-chi, el yoga... A mí me encanta ejercitarme en el trampolín, y lo hago todos los días. Y la tabla inclinada me va estupendamente para relajarme.

O podemos explorar alguna forma de trabajo corporal, como el rolfing, las conocidas como Heller o Trager, diversas formas de masaje, la reflexoterapia de los pies, la acupuntura o la quiropraxia. También están la técnica Alexander, la bioenergética, los trabajos de Feldenkrais, toque terapéutico y Reiki.
Si empezamos por la mente, podemos explorar técnicas de visualización, de imaginación o de fantasía guiada, y también las afirmaciones. Hay muchísimas técnicas psicológicas: la Gestalt, el renacimiento, la hipnosis, el psicodrama, las regresiones a las vidas pasadas, la terapia por el arte, y se puede incluso trabajar con los sueños.

La meditación en cualquiera de sus formas es una manera de aquietar la mente y permitir que nuestra propia "sabiduría" aflore a la superficie. Yo, en general, me limito a sentarme con los ojos cerrados, preguntar qué es lo que necesito saber, y esperar tranquilamente una respuesta. Si la respuesta viene, perfecto; si no viene, también. Ya vendrá otro día.

También hay grupos que hacen trabajos diversos, en forma de talleres. Los hay para todos los gustos. Ningún taller ni seminario le librará a uno para siempre de todos sus problemas, pero pueden ayudarle a cambiar su vida aquí y ahora, en esta circunstancia momentánea y concreta.

En el terreno espiritual están la oración, la meditación y diversas maneras de conectarse cada uno con su Fuente Superior. Para mí, la práctica del perdón y del amor incondicional son disciplinas espirituales.


Existen también grupos espirituales relacionados con diversas orientaciones religiosas, especialmente protestantes, pero se trata de un terreno demasiado personal para dar en él ninguna orientación concreta.
Sin embargo, quiero que mis lectores sepan que hay muchísimos caminos que puede explorar. Si en unos de ellos no encuentran lo que buscan, prueben otro. Todas estas sugerencias han demostrado ser benéficas, pero yo no puedo decir cuál es la mejor para cada uno. Eso es algo que todos tenemos que descubrir por nosotros mismos, y yo no tengo todas las respuestas para nadie. No soy más que un peldaño en la senda que conduce a la salud, dentro de una concepción holística.




 
En la infinitud de la vida, donde estoy, todo es perfecto, completo y entero.
Mi vida es siempre nueva.
Cada momento de ella es nuevo, fresco y vital.
Para crear exactamente lo que quiero, uso mi pensamiento afirmativo.
Hoy es un nuevo día. Yo soy un yo nuevo.
Pienso, hablo y actúo de manera diferente.
Los demás me tratan de manera diferente.
Mi nuevo mundo es un reflejo de mi manera de pensar nueva.
Es un jubiloso deleite plantar nuevas semillas porque sé que de ellas brotarán mis nuevas experiencias.
Todo está bien en mi mundo.

LOUISE HAY
Usted Puede Sanar su Vida


 

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